RSS
Facebook

sábado, 14 de diciembre de 2013

UNA NOCHE PARA NO OLVIDAR

—Ya te he dado las gracias, Silvia, pero te repito que no puedo salir esta noche: si Jorge se despertase y no me viese junto a él, se pondría a llorar. No pararía de llorar. Yo no puedo salir de marcha pensando que me hijo me reclama. —Vamos, por favor, María, no me hagas esto. Jorge ya tiene nueve meses. Tiene que aprender a dormir solo. —Muchas gracias, pero no. Silvia...
Lo siento, pero me obligan a informarte que este blog usa cookies propias y de terceros para ayudarte en tu navegación. Si continuas navegando se entiende que aceptas el uso de cookies. (Recuerda que puedes eliminarlas usando los ajustes de tu navegador) OK